viernes, 27 de enero de 2012

LEISHMANIOSIS (IV)


LEISHMANIOSIS (IV)

SOBRE EL MECANISMO DE ACCIÓN DE LA VACUNA, SU SEGURIDAD Y SU USO EN LA CLÍNICA DIARIA.

Pueden utilizarse varios tests en perros para demostrar que la vacuna dirige la respuesta inmune correcta y da como resultado células de memoria Th 1 apropiadas capaces de estimular la eliminación del parásito en los macrófagos.

Los resultados serológicos demuestran que, tras tres semanas de haber completado la primovacunación, hay una buena respuesta a las PSE y al ASP en particular, es decir, a los componentes de la vacuna. Además, los resultados muestran que cuando un perro se expone a un antígeno intradérmico de leishmania un año más tarde de la vacunación, se obtiene una respuesta rápida de memoria de un tipo IgG (Inmunoglobulinas G), mientras que los diez perros control no desarrollaron ninguna respuesta IgG específica en ningún punto del estudio.

Quedó demostrado que los perros vacunados cuando entraban en un nuevo contacto con el parásito sus células eran capaces de recordar el antígeno y responder ante él. Del mismo modo la producción de Interferón gamma fue mucho más alta en perros vacunados que en los no vacunados cuando fueron enfrentados al antígeno.

La respuesta de memoria Th 1 producida como respuesta a la vacunación es, a su vez, capaz de estimular la respuesta leishmanicida correcta en los macrófagos de los perros.

Los resultados de los estudios han demostrado la rápida aparición de la capacidad de eliminación del parásito en las tres semanas posteriores al final de la primovacunación,  siendo considerablemente más alta que en los no vacunados.

El primer requisito inmunológico exigido a una vacuna efectiva contra la leishmaniosis canina es que sea capaz de cambiar la respuesta inmune para desarrollar una capacidad de memoria efectiva contra el parásito con predominio Th 1. Se ha demostrado que el organismo reacciona adecuadamente en perros vacunados ante la presencia del parásito reduciendo de forma clara el riesgo de infección activa y cumpliendo el objetivo clínico de minimizar el número de perros que progresan hacia un estado de enfermedad sintomática.
Es importante recordar que las pruebas descritas se realizaron en los peores escenarios posibles con desafíos mucho más intensos que los experimentados normalmente.

PERFIL DE SEGURIDAD DE LA VACUNA

En general, los riesgos más significativos de reacciones inapropiadas asociadas a las vacunas son:

-Respuestas alérgicas: este tipo de respuestas pueden aparecer como respuesta a cualquier proteína y, por tanto, como respuesta a cualquier vacuna. También se cree que son más comunes cuando se hace crecer a las vacunas en cultivos celulares o en medios a base de huevo o suero. Por tanto, sería de esperar que el exclusivo medio de cultivo para producir esta vacuna disminuya aún más este posible riesgo.

-Virulencia o toxicidad residuales y enfermedad en hospedadores inmunodeficientes: La virulencia residual en hospedadores y la enfermedad en hospedadores inmunodeficientes están causadas por la administración de organismos inactivados o atenuados de forma inadecuada o por la incapacidad del hospedador inmunosuprimido para prevenir la replicación de un organismo vacunal. Esta vacuna no contiene parásitos, sino proteínas del mismo, lo que significa que no hay organismos vivos ni muertos que puedan ser virulentos para ningún hospedador, tenga o no tenga un compromiso inmunológico, lo que proporciona un beneficio considerable de seguridad.

-Complicaciones neurológicas: Este tipo de complicaciones suelen ser consecuencia de los efectos primarios del organismo involucrado. Dado que en esta vacuna no hay organismos vivos no es de esperar que aparezcan fenómenos de este tipo.

-Efectos nocivos sobre fetos: La vacuna no se comercializa para ser usada en animales gestantes.
Se puede originar una respuesta inflamatoria en la zona de inoculación como puede ocurrir con cualquier otra vacuna, y en algunos individuos susceptibles puede aparecer hipertermia y malestar, aunque es poco común.

PERFIL DE SEGURIDAD:

Los resultados de este estudio pueden dividirse en signos generales y locales.

1) Generales:
  -Un cachorro vacunado exhibió una ligera hipertermia durante las cuatro horas posteriores a la primera vacunación que se resolvió rápida y espontáneamente. Ningún cachorro mostró hipertermia relacionada con la vacunación después de la segunda y tercera dosis.
  -No se notó ningún impacto sobre el comportamiento general.
  -No se notó ninguna diferencia en la ganancia de peso entre los perros tratados y los perros control.
  -No se notaron diferencias en los parámetros hematológicos entre los perros tratados y los perros control.

2) Locales:
  -No se notó dolor durante la inyección ni con la palpación suave en el lugar de la inyección en los siguientes exámenes a los cachorros.
  -Aparecieron hinchazones locales en todos los cachorros vacunados tras todas las inyecciones.
 -El tamaño máximo de estas inflamaciones fue de diez centímetros, pero la mayoría fueron detectables solamente mediante palpación a pesar de haber afeitado la zona. Las inflamaciones aparecieron entre las 4 y 12 horas y todas resolvieron completamente en 12 días, bastante antes del momento de la segunda inyección.
  -Se notaron pequeños nódulos en la zona de inflamación que duraron un máximo de siete días en cuatro y dos cachorros tras la primera y segunda inyección respectivamente.

PRUEBA DE CAMPO REALIZADA EN VARIAS RAZAS

Se realizó sobre perros con propietario en zonas endémicas y no endémicas. Se utilizaron perros de varias razas (78 hembras y 73 machos).
Tras la vacunación de estos animales no se observo ningún efecto adverso grave en ninguno de ellos.
Otras reacciones:
-Según el cuadro que presenta el laboratorio en el estudio:






ESTUDIO DE CAMPO PARA EVALUAR LA PERCEPCIÓN DEL PROPIETARIO EN CUANTO A LA SEGURIDAD DE LA VACUNA.

Se utilizaron 231 perros (115 machos y 116 hembras) de 36 clínicas veterinarias de Francia y de Italia.
Curiosamente, a diferencia de los estudios de campo comentados anteriormente, solo ocho (3,5%) de los perros participantes en este estudio presentaron reacciones locales descritas por los propietarios. Solo uno de estos perros presentó también un signo general (apatía leve de corta duración) junto a la reacción local.
Cuatro de los ocho perros pertenecían al mismo propietario en Italia.

La reacción general más habitual fue de letargo, que se describió en cinco perros (2,2%), que fue descrita como benigna para todos los perros y la duración no superó un día, excepto en un perro que duró tres días.
Cuatro perros presentaron diarrea, y curiosamente pertenecían al mismo propietario en Francia. Se podría tratar por tanto de una diarrea debido a otra causa que no fuera la vacuna.

El estudio de la vacuna incluye también a algunos perros que siendo positivos a leishmania, fueron vacunados, en concreto 22. No hubo tampoco en ellos reacciones dignas de mencionar. Aunque la vacuna no está registrada para ser utilizada en perros positivos a leishmania, parece que la tolerancia de la misma es tan buena en estos perros como en el resto de la población.

CONCLUSIONES:

ESTÁ CLARO POR LOS ESTUDIOS EXPERIMENTALES QUE PUEDE ESPERARSE QUE TODOS LOS PERROS DESARROLLEN UNA PEQUEÑA INFLAMACIÓN COMO PARTE DE LA REACCIÓN LOCAL A ESTA VACUNA. En un pequeño número de casos esto puede ocasionar una sensibilidad o dolor local durante unos pocos días, pero la reacción es autolimitante, sin tratamiento, en casi todos los casos. Sin embargo, también está claro que muchos propietarios no serán capaces de detectar esa inflamación en circunstancias normales. Igual que ocurre con otras vacunas un pequeño número de perros pueden experimentar letargo o ligera hipertermia durante un corto periodo de tiempo después de la vacuna.

LA VACUNA EN LA CLÍNICA DIARIA

El uso de la vacuna está indicado en perros a partir de los seis meses de edad para proporcionar una disminución significativa del riesgo de infección activa por leishmania infantum o de leishmaniosis clínica.
La primovacunación consiste en tres inyecciones administradas a intervalos de tres semanas. La inmunidad comienza cuatro semanas después de haber completado la primovacunación. Es necesaria una revacunación anual posterior para mantener la inmunidad.

¿Qué pasa si entre las tres primeras dosis se presenta un problema clínico que impide cumplir los plazos establecidos de tres semanas entre unas y otras? La respuesta dada por los técnicos del laboratorio, fue que puede alargarse el plazo entre dosis y dosis, pero no más de siete días.

¿Qué ocurre si transcurre más de un año desde la última dosis y la revacunación anual? La respuesta dada por los técnicos fue que se podría alargar este periodo hasta 3 meses para no tener que volver al programa de primovacunación.

La vacuna debe ser mantenida en frigorífico e intentar que alcance la temperatura ambiente antes de inyectarla. También es conveniente que se realice un suave masaje en el punto de la inoculación.
Dado que la eficacia de la vacuna se ha establecido en perros negativos a Leishmania, no se sabe la eficacia de la misma para retrasar o prevenir la progresión en perros ya infectados. Además, una vez que un perro ha progresado hacía la infección activa es extremadamente difícil revertir la progresión de la enfermedad. Por lo tanto se recomienda realizar las pruebas a todos los perros antes de la primera vacunación.

 ¿Qué pruebas existen y cuáles son las más recomendables?

-SEROLOGÍA (Inmunofluorescencia indirecta (IFI), ELISA, Test rápido:

Ventajas: rápida y económica. Los títulos elevados están estrechamente asociados a infección activa y es casi seguro que un perro enfermo dará resultados positivos. Aceptada como medida de criba rutinaria para perros.

Inconvenientes: algunos perros pueden permanecer negativos durante unos meses antes de la seroconversión, por lo que títulos negativos o positivos bajos pueden seguir siendo asociados a un estado de desarrollo de la enfermedad.

Si el IFI es negativo puede procederse a la vacunación. Existe aún la posibilidad de que el perro sea portador del parásito porque el título puede tardar unos meses en elevarse.
Si el IFI es + bajo (entre el umbral del laboratorio y cuatro veces este umbral), debería realizarse otra prueba IFI tres meses más tarde, igual que ocurriría si la prueba se hiciese con fines diagnósticos. Este tipo de resultado puede estar asociado a un estado de enfermedad inminente o a un perro resistente que ha estado luchando contra la infección y que no progresará (al menos en este momento) hacia el estado de enfermedad.

Si el siguiente resultado es negativo, la vacunación es una medida sensata. Sin embargo, si la prueba sigue siendo positiva, no es recomendable la vacunación hasta disponer de más datos porque se desconoce la eficacia de CaniLeish.

Pongamos como ejemplo que el umbral del laboratorio considera que los resultados de 1/20, o inferiores indican negatividad, y los resultados por encima de 1/20 ( 1/40,1/80, 1/160, 1/320…) indican positividad.
Si el resultado es positivo alto (más de cuatro veces superior al umbral del laboratorio) no sería conveniente vacunar. Las directrices indican que el perro sea tratado del mismo modo que si se tratara de un perro enfermo.

La propia vacunación suele tener como resultado títulos positivos transitorios para IFI o ELISA. No obstante sería de esperar que estos títulos hubieran disminuido cuando llegue el momento de la revacunación anual. En cualquier caso, las pruebas serológicas prevacunales solo son necesarias antes de la primera vacunación.

-VISUALIZACIÓN MEDIANTE MICROSCOPIO EN EXTENSIONES TEÑIDAS DE LESIONES CUTÁNEAS, LINFÁTICOS, MÉDULA ÓSEA O BAZO:

Ventajas: Si se encuentra el parásito, es seguro que el perro tiene la enfermedad.

Inconvenientes: Posibilidad de casos negativos incluso en caso de enfermedad muy grave. No es suficientemente sensible. No es útil como prueba antes de la vacunación.

-INMUNOHISTOQUÍMICA DE LAS EXTENSIONES ANTERIORES:

Ventajas: Si es positiva es seguro que el perro tiene la enfermedad. Mayor sensibilidad que la visualización indirecta.

Inconvenientes: Posibilidad de resultados negativos incluso en casos de enfermedad muy grave.

-CULTIVO DE LAS MUESTRAS ANTERIORES:

Ventajas: Si es positivo es seguro que el perro tiene la enfermedad. Mayor sensibilidad que la visualización con o sin tinciones.

Inconvenientes: no se dispone de esta técnica en las clínicas y es demasiado lenta.

-PCR:

Ventajas: extremadamente sensible, ya que detecta el ADN del parásito.

Inconvenientes: Una PCR + confirma la exposición al parásito, pero no confirma la infección activa. Una PCR positiva no equivale a enfermedad.

PRUEBAS RÁPIDAS:

Tienen la ventaja de que podemos obtener resultados en pocos minutos lo que permite la vacunación del perro el mismo día de la prueba. El test que lanza el laboratorio junto con la vacuna, tiene una correspondencia adecuada con la IFI, de tal modo que un perro positivo a este test, se correspondería a un perro positivo a IFI con un título de 1/100 o superior. No da falsos positivos por otros parásitos hemáticos como Babesia, Ehriliquia, Anaplasma, etc. Un resultado negativo en este test permite la vacunación. Además, este test no da resultados positivos en perros vacunados no infectados porque reconoce elementos del parásito que no están presentes en la vacuna.

En caso de que el test de positivo bajo en la escala IFI (entre el umbral de positivo para el laboratorio y cuatro veces este valor), será necesario repetir la prueba en tres meses, o
El título obtenido es positivo alto en la escala IFI (mayor o igual a 4 veces el del laboratorio) lo que sugiere que el perro está desarrollando la enfermedad.

Es imprescindible que el perro que vaya a ser vacunado, esté debidamente desparasitado lo que no deja de ser un requerimiento habitual para cualquier vacuna.

Es importante mencionar que el laboratorio recomienda no vacunar a perros que estén tomando medicación inmunosupresora (corticoesteroides e inmunosupresores (ciclosporina, azatioprina…)No obstante no habría ningún problema en suspender estas medicaciones durante los periodos vacunales, si es que la salud del animal lo permite, y volverla a administrar con posterioridad.

En cuanto a la vacunación en perros mayores, no es recomendable en perros de más de 12 años, pero este dato deberá ser valorado en función de la raza del perro, y en el riesgo que pueda correr si no recibe la inmunización.

La recomendación actual consiste en separar el momento de la vacunación con CaniLeish del resto de vacunas un mínimo de dos semanas.

Texto y fotos obtenidas de la monografía del producto CaniLeish editada por Laboratorios Virbac.

José Enrique Zaldívar Laguía.

2 comentarios:

  1. hola , me llamo lola y tengo un boxer de 3 años con IRC , este verano se le hizo el tes de Leishmaniosis dió negativo y se procedio a la vacunación, una vez vacunado, al mes se le hizo un control para la IRC y dió positivo en Leishmaniosis, por favor me podeis explicar que ha pasado?la vacuna da falsos positivos ? o es que mi perro ha desarrollado la enfermedad tras la vacunación ? tengo que esperar para repetirle otro control ? gracias de antemano. Un saludo.

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    1. Hola Lola, hoy me ha pasado exactamente lo que pones aquí... ¿Me puedes decir que te pasó al final?? Estoy fatal... Tengo la esperanza Dr que sea un falso positivo... Gracias de antemano. Saludos

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