miércoles, 4 de enero de 2012

GESTACIÓN, PARTO E INFECUNDIDAD EN LA GATA


GESTACIÓN, PARTO E INFECUNDIDAD EN LA GATA


GESTACIÓN, PARTO, INFECUNDIDAD. .

El apareamiento permite la formación del óvulo maduro que, tras desprenderse del ovario, se encuentra con los espermatozoides.
El número de gatitos que parirá la gata es proporcional al número de cópulas que haya aceptado. En principio, tres cópulas al día, durante tres días serian suficientes para alcanzar el máximo número de gatitos.

La edad más adecuada para el apareamiento es cuando la gata haya tenido tres celos o más. No es conveniente una gestación cuando la gata es aún muy joven. Debemos evitar cruzarlas con familiares, ya que se podrían presentar enfermedades asociadas a la cosanguinidad.

Normalmente será la hembra la que visite la casa del macho, aunque un exceso de estrés podrá provocar la desaparición del celo. La presentación de la hembra al macho no debe ser brusca. En un principio se les puede colocar en dos zonas distintas permitiendo que se vean. Cuando la hembra adopte las posturas típicas de aceptación del macho, se podrán juntar.

La duración de la gestación, que se define como el intervalo del apareamiento fértil al parto, es de 56 a 69 días. La variación en la duración entre del intervalo entre coito y parto puede explicarse cuando el coito no induce la ovulación de manera constante. Un valor medio normal sería de 60 a 65 días.

Alrededor de los 20 días posteriores a la cópula, se inicia la implantación de los embriones, que ya presentaran una longitud de 0,8 a 1 cm y en los que se puede observar la diferenciación entre cabeza y cuerpo.

La etapa fetal se reconoce con base en la aparición de las características de la especie (alrededor de cuatro semanas). En ese momento, los fetos tienen una longitud cefálica –caudal de 2,4 cm. En este momento también es reconocible un ligero aumento del tamaño de las mamas de la futura madre. En la quinta semana se observa que los dedos tienen garras, los ojos y pabellones auriculares están presentes y cerrados y la longitud cefálica-caudal es de 4,7 cm. A las seis semanas el tamaño de los fetos será de 6 a 7 cm. A las siete semanas se advierte la presencia de pelo corporal, fino e incoloro y a la octava semana de gestación se identifica el pelo corporal completo con su patrón de color. En este momento los fetos casi han alcanzado la longitud que tendrán al nacimiento. Durante estos días previos al parto no estará de menos hacer una radiografía para verificar el estado, tamaño, número y posición de los fetos y la posibilidad de alguna dificultad en el parto. En la última semana las glándulas mamarias pasan a ser funcionales, preparándose ya para el amamantamiento de los cachorros.

A partir del día veinte de gestación las concentraciones de progesterona aumentarán considerablemente y a los treinta días aún más ya que la placenta también empezara a producir esta hormona. Si se realizará una ovariectomía a los 40 a 50 días de gestación no se interrumpiría el embarazo porque la progesterona placentaria lo conservaría. Si este acto quirúrgico se hiciese antes del día 40 la gestación no tendría éxito.

Diagnóstico del embarazo.

Por palpación abdominal se puede llevar a cabo por manos expertas a partir del día 17. En ese momento pueden ser palpadas una discretas estructuras esféricas. De cualquier modo el momento ideal para llevar a cabo el diagnostico por palpación es el día 25, en que además se habrá producido un aumento del tamaño del útero.

La ecografía o ultrasonografía abdominal es el recurso más sensible y confiable. Es posible visualizar los fetos en desarrollo a partir de los 11 a 14 días de gestación y los corazones en funcionamiento hacia los días 22 a 24.

El diagnóstico radiográfico del embarazo felino depende de la calcificación de los esqueletos fetales. Será posible después del día 38, aunque los mejores resultados se obtendrán a los 43 días.

Cuidados de la gata.

La hembra embarazada debe alimentarse con una dieta bien balanceada a base de alimentos comerciales secos y enlatados. Por lo general los requerimientos calóricos durante el embarazo aumentan entre un 25 y un 50%. Durante la lactancia las gatas suelen consumir el doble de alimento que en su estado fisiológico normal. Es conveniente vacunar a las gatas antes del apareamiento., así como desparasitarlas.

El análisis de sangre de una gata preñada durante las semanas 3 a 9 de gestación mostrará un descenso de glóbulos rojos cercano al 20%.


Preparación del ambiente adecuado.

Por lo general, las gatas no suelen presentar problemas en el parto. La mayor parte busca por instinto un lugar aislado para el alumbramiento. Se le debe proporcionar a la gata preñada un lugar tranquilo para parir cuatro a siete días antes de la fecha prevista para el parto. Con esto conseguiremos que la gata se familiarice con este lugar y que se encuentre segura en el. Debe ser un lugar en donde no merodeen otros gatos ni haya actividad humana excesiva. La hembra a la que se ha cambiado a un lugar nuevo o a la que perturba el entorno puede demorar el inicio del parto o interrumpir el alumbramiento entre cada cría para buscar un sitio más seguro. Entonces llevará a sus crías a la nueva ubicación o, en casos raros, las abandonará. En determinados casos, si hay falta de espacio, una sábana, unas toallas, una caja de cartón o la parte posterior de un armario servirán como barreras visuales que proporcionaran tranquilidad a la gata durante el parto. La temperatura en el nido debe estar entre 29,5 y 35º C ya que la capacidad termoreguladora no se desarrolla en el neonato hasta semanas después del nacimiento. El apilamiento de los cachorros entre sí y el calor de la madre facilita el mantenimiento de la temperatura corporal adecuada.

Algunas gatas buscan a sus propietarios, que deben tratar de permanecer con la gata hasta que los recién nacidos requieren la atención de la madre. Cuando esto sucede se puede dejar a la gata sola o permanecer con ella.


Parto.

Primera etapa del trabajo del parto.

La primera etapa del trabajo del parto ( contracciones uterinas y dilatación del cerviz o cuello del útero ) en ocasiones persiste de 2 a 24 horas, aunque lo normal es que no dure más de 6. Se caracteriza por inquietud, acicalamiento continuo, ambulación, jadeo y vocalización. Aunque no se observan contracciones uterinas ni abdominales, en la vulva se aprecian pequeñas cantidades de moco claro. Justo antes de la segunda etapa de trabajo del parto ( alumbramiento de los recién nacidos ), la conducta de anidar, el antagonismo hacia los extraños u otros gatos y el deseo de encontrar un lugar aislado se intensifican. La hembra puede presentar anorexia e inapetencia o bien comer de manera normal. Hacia el final de la primera etapa la hembra se acomodará en el nido y ronroneará con fuerza. Algunas hembras son asintomaticas en esta fase.

Segunda y tercera etapas del trabajo del parto.

La segunda etapa consiste en el alumbramiento, mientras que la tercera consiste en la expulsión de la placenta. La colocación del feto en el interior del cuerpo del útero y su paso a través del cuello uterino y la vagina se relaciona con contracciones uterinas visibles e intensas. El primer cachorro suele nacer a las hora de iniciarse esta estadio y los posteriores, a intervalos de 10 a 60 minutos. Todo el proceso de alumbramiento dura 30 a 120 minutos / feto. Por lo general, se completará 2 a 6 horas después del nacimiento de la primera cría, aunque tal vez requiera hasta 12. En ocasiones las crías se expulsan con rapidez a intervalos de unos cuantos minutos, mientras que otras veces pueden demorarse entre 30 y 60. Las presentaciones pélvicas o cefálicas son normales.

La conducta de anidar en ocasiones es obvia 12 a 48 horas antes del alumbramiento. El descenso en la temperatura rectal (37 grados) suele anteceder al nacimiento por lo menos 12 horas, aunque dicho descenso es un indicador poco fiable de la inminencia del parto. Esta hipotermia es transitoria con resolución antes o durante el alumbramiento. Si el parto no comienza 24 horas después de la depresión térmica, la gata deberá ser vista por el veterinario. La primera cría puede aparecer 30 a 60 minutos después de iniciadas las contracciones. La expulsión del primer recién nacido puede acompañarse de maullidos muy sonoros por parte de la gata. Tras cada nacimiento la madre, romperá la bolsa fetal, lamerá y limpiará al gatito favoreciendo el masaje torácico que facilita su respiración y cortará el cordón umbilical..Si dicho cordón no es desgarrado por la gata en 10 a 15 minutos, deberéis hacerlo vosotros evitando presionar sobre el ombligo. Se ata con un hilo al menos a 1 cm del cuerpo y se corta con una tijera limpia. El ombligo puede desinfectarse con tintura de yodo al 2%.

Entre cada alumbramiento, la gata retira y come las placentas, corta el cordón umbilical, limpia a las crías y lame su región vulvar. Algunas hembras amamantan a sus crías mientras el trabajo del parto continúa.

En casos raros el parto puede verse interrumpido y volver uno o varios días después. Este fenómeno puede ocurrir por diversas razones, como algún factor ambiental perturbador que obligue a la gata a llevar a sus crías a otro lugar. En otras ocasiones, después del nacimiento de la primera cría, las contracciones pueden cesar durante 12 a 24 horas. En este intervalo de tiempo la gata atenderá a sus hijos y actuará como si hubiera terminado el parto. Por lo general, las crías restantes nacen vivas y sin dificultades cuando se reanuda el parto. Este fenómeno no se considera anormal, pero debe diferenciarse de la distocia.

Las membranas fetales a menudo se expulsan ( tercera etapa del trabajo de parto ) al poco tiempo del nacimiento de cada cría o es posible que salgan dos placentas después del alumbramiento de dos crías. Muchas gatas ingerirán estas placentas al poco de haber sido expulsadas. Esta costumbre esta más relacionada con el origen carnívoro de los gatos. Evitarían así dejar rastro frente a posibles depredadores. Evidentemente este tipo de tejido debe tener una riqueza hormonal, pero al parecer su ingestión ni es beneficiosa ni es contraproducente. No pasa nada por retirarlas con cuidado del nido y deshacerse adecuadamente de ellas. Las placentas suelen eliminarse al poco del nacimiento de cada gatito o dentro de los 15 minutos siguientes. Todavía puede estar unida al ombligo del neonato o puede estar separada.

Periodo posparto.

El periodo posparto es el comprendido entre el nacimiento y el destete. El destete se suele realizar a los 28-30 días. Todos los días es conveniente ver la actitud, apetito y calidad de la atención materna. Las gatas permanecerán al lado de su camada las dos primeras semanas, abandonándola solo para comer y excretar. En las primeras horas después del alumbramiento la madre comerá poco o nada, pero el apetito debe retornar con prontitud e incrementarse a medida que procede la lactación. La temperatura rectal puede elevarse unos pocos días hasta 40º C. Por encima de esta temperatura la gata deberá ser vista por un veterinario. Durante unos días la gata expulsará por su vagina los loquios- secreción vaginal posparto normal- de color rojo ladrillo. La leche debe ser de color blanco grisáceo y las glándulas mamarias no deben ser dolorosas pero si simétricas y moderadamente blandas.

Es importante dejar tranquila a la gata con sus hijos. La interferencia humana debe ser mínima durante por lo menos las dos primeras semanas. Una madre nerviosa o agitada tiene escasa disponibilidad de leche y también puede traumatizar sin darse cuenta a alguno de los gatitos.

INFECUNDIDAD

La infecundidad en la gata se define como la falla para producir con éxito un número esperado de gatitos vivos, sea por falta de apareamiento y concepción o por incapacidad para llevar el embarazo a término o reproducirse. Es necesario distinguir entre la infecundidad real y el fallo reproductivo como resultado de problemas de criadero.

-Problemas de criadero

Los criaderos no deben sobrepoblarse, porque el estrés social tiene un impacto negativo sobre la fecundidad. La nutrición debe estar basada en alimentos de excelente calidad. La inmunización sobre las enfermedades contra las que esto es posible debe ser total, mediante un racional programa vacunal. Los individuos nuevos deben ser sometidos a cuarentena.

Lo ideal es que los apareamientos se realicen el tercer día del estro. Los machos no pueden usarse en exceso. Las gatas a cubrir deben tener entre 1 y 6 años, aunque se mantienen fecundas hasta los 8 o 10, pero sus camadas son más pequeñas y el número de óbitos mayor.

La infecundidad es un problema poco frecuente en la especie felina, pero cuando de presenta supone un importante desafío para los veterinarios.
Las gatas valiosas de razas puras son las que lo presentan con mayor asiduidad. Se necesitará realizar una revisión detallada de la crianza ( alimentación, alojamiento, control de enfermedades infecciosas ) y del manejo reproductivo ( iluminación, interacción social, métodos de apareamiento ). También deben revisarse la salud y los antecedentes reproductivos de la gata ( pubertad, frecuencia de ciclos, apareamientos conocidos, abortos, camadas ).En ocasiones será interesante conocer el estado reproductivo de sus familiares y de otras gatas del criadero. Se realizarán análisis de sangre, de orina, y pruebas serológicas para virus de Leucemia, Inmunodefieciencia y Peritonitis. El pronóstico para la fecundidad es mejor cuando se descubren y corrigen los problemas, ya que las gatas con alteraciones reproductivas casi siempre tienen escasas posibilidades para recuperar la fecundidad.

Los propietarios de criaderos deben tener un conocimiento funcional de la fisiología reproductiva felina , incluida la capacidad para detectar los ciclos estruales en las gatas y también para organizar las cópulas. El ciclo estrual felino es muy variable, ya que hay gatas que lo manifiestan claramente y otras en las que cuesta identificarlo. En este último caso la citología vaginal ayudará a reconocer este momento. Ante una gata que presenta infecundidad, lo primero será utilizar un gato probado ( fecundo ).

Cuando no se encuentran anormalidades físicas o de salud y el manejo reproductivo en el criadero es el adecuado, la gata que presenta infecundidad debe ser estudiada en profundidad. La vaginoscopia bajo anestesia general, la vaginografía y la evaluación por ultrasonográfia del útero y ovarios puede brindar más información. También puede realizarse, si las pruebas anteriores no indican nada, una laparotomía o laparoscopia con visualización de los ovarios, con biopsia y cultivo del útero. La ausencia del celo en condiciones de periodo luminoso adecuado se clasifica como anestro prolongado. Las gatas de edad adecuada con anestro prolongado deben evaluarse en busca de supresión estrual inducida por factores sociales. En ocasiones es efectivo el alojamiento separado de las gatas dominantes, cerca de machos compatibles. También puede intentarse la inducción del celo. Si no se obtiene respuesta ovárica, es probable que haya algún error congénito de naturaleza hormonal ( hipotálamo-hipófisis-ovarios ) o un defecto en la diferenciación sexual. Las gatas con ciclos regulares y comportamiento de apareamiento deben evaluarse para verificar la ovulación y la concepción. La ovulación dependerá de la existencia de folículos maduros y de la existencia de cantidades adecuadas de hormona lueinizante (LH ), lo que a su vez depende de una frecuencia y cantidad adecuada de cópulas. Niveles de progesterona superiores a 2 ng/ ml indicaran que se produjo la ovulación. La ausencia de ovulación señala que las cópulas fueron incompletas, muy poco frecuentes, demasiado tardías o demasiado tempranas en el estro. Si los fracasos persisten, se podría ensayar la inseminación artificial con inducción de ovulación.

Otra causa relativamente frecuente de infecundidad es la resorción fetal. Se da con más frecuencia cuando hay defectos congénitos y trastornos infecciosos, casi siempre por virus de la panleucopenia felina, leucemia, coronavirus felino y virus del complejo respiratorio felino. Algunas veces se detectan toxoplasma y micoplasma en gatas infecundas, aunque no se ha determinado si estos pueden ser causantes de infecundidad.
Es posible que una infección bacteriana de los fetos produjera aborto. Los factores nutricionales, como la deficiencia de taurina también se han considerado factores para el aborto.

Otras patologías que pueden impedir que a pesar de una buena ovulación no se consiga la concepción son la hiperplasia endometrial quística, la acumulación de líquido no inflamatorio dentro del útero, la endometritis y la piometra.

Es posible que las gatas que presentan períodos prolongados de comportamiento estrual ( hasta 45 días ) durante la temporada de reproducción no conciban a pesar de ser fecundas. Esto de debería a una degeneración del ovario que daría lugar a ovocitos no viables. En estos casos es recomendable la ovariohisterectomia porque estas gatas tienen riesgo de hiperplasia endometrial.

José Enrique Zaldívar.
Clínica Veterinaria Colores.
Pso de Santa Maria de la Cabeza 68 A.
Madrid 28045.
Artículo publicado en El Mundo del Gato

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