miércoles, 4 de enero de 2012

ENFERMEDADES DEL PÁNCREAS EN EL PERRO


NFERMEDADES DEL PANCREAS EN EL PERRO-PANCREATITIS


ENFERMEDADES DEL PÁNCREAS

El páncreas es una glándula muy pequeña, lobulada, adyacente al duodeno (intestino delgado) y estómago. Su estructura recuerda a un racimo de uvas, y es uno de los tejidos con mayor actividad metabólica en el organismo En una parte de esta glándula se sintetizan y segregan enzimas digestivas, y se conoce con el nombre de páncreas exocrino. La otra parte se dedica a la síntesis y producción de hormonas (glucagón e insulina), y se conoce con el nombre de páncreas endocrino.
En el presente artículo y en uno próximo nos centraremos en el páncreas exocrino, cuyas patologías más conocidas y frecuentes son la pancreatitis y la insuficiencia pancreática.

-PANCREATITIS

La causa de esta enfermedad, de aparición espontánea apenas se comprende. La nutrición desempeñaría un papel importante ya que se da con más frecuencia en perros obesos, siendo muy poco habitual en perros subalimentados. Su aparición se relaciona con frecuencia con comidas grasosas, aunque en muchas ocasiones viene provocada por problemas extrapancreáticos (tumores, problemas renales, hepatopatías, enfermedades cardiovasculares, infecciones...).
Lo que parece definitivamente claro es que la pancreatitis se origina por una hiperestimulación pancreática que dará lugar a una gran activación de la descarga enzimática. Podemos decir que es un trastorno agudo del páncreas que se produce cuando se rebasan los mecanismos fisiológicos de protección debido a la secreción de enzimas pancreáticas activadas.
Hasta hace muy poco se consideraba a los corticoesteroides como posibles causantes de esta enfermedad, pero lo cierto es que actualmente está descartado que su uso la provoque, salvo en los casos en que son usados a altas dosis tras un traumatismo medular. En medicina humana son muchos los fármacos relacionados con la aparición de pancreatitis, y en los perros ha sido identificada en intoxicaciones por determinados insecticidas, cinc, e hipercalcemia (aumento de calcio en sangre) espontánea. Otros medicamentos capaces de provocar una pancreatitis son los diuréticos tiazidicos
La furosemida (seguril), paracetamol, tetraciclinas y metronidazol. Algún perro epileptico tratado con bromuro potásico y fenobarbital en combinación también desarrollo pancreatitis (0.3% de ellos).
Algunas infecciones bacterianas o víricas pueden ser también causa de la inflamación del páncreas e incluso en algunos casos de babesias (parásito hemático transmitido por garrapatas).
En algunas ocasiones aparece tras una situación de estrés o de una cirugía.
Se reconocen en el perro tres tipos de pancreatitis, la aguda, la recurrente y la crónica. La aguda se refiere a la inflamación del páncreas qué, después de eliminar su causa, si es que puede ser identificada, es completamente reversible. Por otro lado, la crónica es de larga duración y se asocia a cambios en las estructuras del páncreas que son irreversibles (fibrosis e inflamación) y puede ser una secuela de la pancreatitis aguda recurrente o de un proceso morboso subclínico que puede presentarse como diabetes mellitus o insuficiencia pancreática exocrina. Estos dos tipos no se pueden diferenciar clínicamente, y ambas pueden ser leves y graves. Es importante que sepáis que existe una forma de pancreatitis, que es fulminante y por lo tanto mortal.
La enfermedad se complicará con la aparición de necrosis infectada, seudoquistes pancreáticos y abscesos pancreáticos. Se suele decir que una pancreatitis es leve cuando el daño pancreático se limita a un edema y que es grave cuando se presenta muerte de células (necrosis) del páncreas.
Los perros que reciben una dieta balanceada con la cantidad adecuada de calorías y hacen ejercicio con regularidad rara vez sufren una pancreatitis y si el problema ocurre, es menos pronunciado.
Los desequilibrios nutricionales provocaran una pancreopatía mediante la alteración de la síntesis, almacenamiento y secreción de las enzimas pancreáticas o causando cambios en las estructuras de las células del páncreas, especialmente a nivel de la membrana celular..
Además de las dietas con un exceso de grasa, las comidas con un alto porcentaje en proteínas también pueden causar el problema, ya que estimulan un aumento de la secreción de enzimas por parte del páncreas. Una causa frecuente de pancreatitis en la especie humana es el exceso en la ingestión de alcohol, pero afortunadamente, nuestros perros no beben.
En resumen, la nutrición cumple una función en la patogenia de la pancreatitis porque determina la cantidad de enzimas sintetizadas, almacenadas y secretadas, y la estabilidad de las estructuras celulares del páncreas.
La enfermedad puede presentarse a cualquier edad, pero es más habitual en perros de mediana edad o viejos. La sintomatología suele caracterizarse por vómitos con o sin sangre, anorexia, pérdida de peso, dolor abdominal, depresión y diarrea con o sin sangre .En algunas ocasiones podremos ver el abdomen agrandado y la frecuencia respiratoria aumentada. En la forma aguda grave puede haber shock y colapso. Algunos perros adoptan la postura de “rezo”, con los miembros delanteros estirados, el esternón pegado al suelo y los miembros traseros levantados. Los signos de dolor son frecuentes cuando se hace una palpación abdominal (59% de los casos). Los perros con enfermedad grave suelen estar deshidratados y muestran fiebre aunque esto no está siempre presente.
La pancreatitis ocurre porque se bloquea la secreción compensada de enzimas, y los conductos pancreáticos se obstruyen por el edema y la inflamación. Luego se produce el reflujo de los contenidos del duodeno dentro de los conductos pancreáticos, lo que va a provocar una seria alteración en su funcionalidad.
Una presentación grave es la pancreatitis hemorrágica aguda que aparece dentro de las 24 primeras horas y se caracteriza por edema, necrosis y hemorragia pancreática, necrosis de la grasa intraabdominal y formación de ascitis. Algunas enfermedades endocrinas como la diabetes mellitus, hipotiroidismo e hiperadrenocorticismo o Cushing, pueden en determinados casos predisponer a padecer una pancreatitis.
Los hallazgos físicos en perros con pancreatitis aguda son muy variables y van desde la depresión, deshidratación leve con signos de dolor abdominal, a la crisis abdominal aguda con choque (taquicardia, tiempo de llenado capilar prolongado, membranas mucosas pegajosas, hipotermia), petequias, ictericia, y ascitis. En algunos perros podremos palpar una masa abdominal.
Dado que los vómitos son un síntoma de muchas enfermedades, serán muchas las pruebas a realizar para establecer el diagnóstico de pancreatitis. Serán necesarios análisis de sangre, de orina, radiología abdominal, y ecografía. Debo decir que esta última quizás sea la técnica que permite el diagnóstico de esta enfermedad con el más alto grado de fiabilidad (80% de los casos). Las pruebas bioquímicas deberán incluir algunas pruebas muy específicas cómo la lipasa inmunoreactiva pancreática (PLI) y la TLI, que consiste en medir el tripsinógeno circulante, teniendo en cuenta que hay perros con pancreatitis que pueden tener valores normales e incluso por debajo de los esperados, de este parámetro.
Los resultados de la hematología pueden ser muy variables, desde un aumento leve de los glóbulos blancos, hasta un aumento importante de estas células (leucocitosis), con disminución de plaquetas (trombocitopenia), y anemia. En otras ocasiones los glóbulos blancos se encontrarán por debajo de sus valores normales (leucopenia).
A nivel bioquímico podremos observar aumentos de la urea en sangre (uremia prerenal), incremento de los valores de enzimas hepáticas (ALT, AST, ALKP), aumento de la bilirrubina, hiperglucemia, hipoproteinemia, hipocalcemia, y alteraciones del cloro, sodio y potasio. Durante muchos años se utilizó la valoración de la lipasa y la amilasa en sangre para determinar que estábamos ante un caso de pancreatitis, pero actualmente se sabe que hay muchos perros que muestran elevaciones de estas enzimas del páncreas, sin tener ninguna afectación de esta glándula. Por ejemplo se pueden elevar en caso de obstrucción. Esto se explica porque estas enzimas no son fabricadas de forma exclusiva por la glándula pancreática, sino que pueden aparecer elevadas en presencia de otras patologías, cómo inflamación intestinal (amilasa), en caso de administración de corticoesteroides (lipasa) o en caso de insuficiencia renal (ambas enzimas).
La pancreatitis grave requiere un tratamiento muy agresivo y conlleva un pronóstico reservado, mientras que la leve suele responder a la terapia sintomática a corto plazo y tiene un pronóstico bueno.
Aparte de la sintomatología y el estado del perro, existe un factor que se puede utilizar como medidor del pronóstico que es el TAP (peptido de activación del tripsinógeno) y que de hecho se utiliza en medicina humana. Creemos que en breve estará disponible para su uso en medicina veterinaria.
En cuanto al tratamiento diremos que se fundamenta en el mantenimiento o restauración de la perfusión tisular adecuada, mediante fluidoterapia intravenosa. En ocasiones se necesitarán suplementos de glucosa y de potasio. Si existe hipoproteinemia serán útiles los coloides o el plasma. Si hay diabetes habrá que suministrar insulina. Ante los vómitos es fundamental suspender la ingesta de alimentos y de agua, utilizando medicamentos contra ellos y protectores de la mucosa gástrica. Los antibióticos de amplio espectro también deberán formar parte de la terapia.
La analgesia es un punto muy importante del tratamiento de la pancreatitis, ya que el dolor en esta enfermedad es muy acentuado. Utilizamos opioides inyectables, y veces es necesario el uso de tranquilizantes en aquellos pacientes que manifiestan disforia con el empleo de opioides. Actualmente se están utilizando parches transdermicos de fentanilo para combatir el dolor, aunque tienen el problema de la tardanza en anular el dolor.
Los analgésicos no esteroides en general no están indicados por la posibilidad de provocar úlceras a nivel digestivo, fallo renal o hepatotoxicidad.
El ayuno durante 48 horas como mínimo es sumamente importante, aún sin vómitos para provocar un descanso del páncreas, reduciendo su estimulación. Cuando se inicia la alimentación deben ser restringidas al máximo las proteinas y las grasas, es decir que deberemos empezar con dietas altas en carbohidratos, durante dos semanas. Existen en el mercado excelentes dietas preparadas para cumplir estos objetivos dietéticos.
Una complicación muy grave de esta patología es la presentación de alteraciones de la coagulación, que obligaran al uso coagulantes (vitamina K) o de anticoagulantes (heparina) según los casos, así como plasma y coloides, ya nombrados anteriormente.
El uso de extractos enzimaticos pancreáticos orales se ha destacado para reducir el dolor en pacientes humanos con pancreatitis crónica, pero en los perros su eficacia no parece ser tan importante.
No debemos olvidar que en ocasiones será necesario el tratamiento quirúrgico, para restaurar la salida biliar, remover el tejido pancreático necrótico infectado o eliminar las secuelas cómo son los pseudoquistes. La extracción o drenaje de los abscesos es otra indicación para la cirugía. Las pancreatitis recurrentes o insensibles a los tratamientos también pueden requerir la cirugía para confirmar el diagnóstico y excluir el cáncer de páncreas. Dado que algunos de estos pacientes pueden presentar alteraciones concomitantes en otros órganos como hígado e intestino, la cirugía servirá para tomar muestras de estos órganos y posibilitar el estudio de sus tejidos.
El pronóstico, diremos que los perros con pancreatitis aguda leve es bueno. La pancreatitis grave o recurrente tiene un pronóstico reservado.
En resumen, si habéis leído con atención el artículo, la conclusión es clara. Una dieta equilibrada y sana, específica para perros, reduce al máximo la posibilidad de que vuestro perro llegue a padecer alguna vez esta gravísima enfermedad. Así que como le comente el otro día a una clienta cuyo caniche mediano se ha salvado de milagro, se acabaron los churros y las porras con Cola-Cao en el desayuno. Se me olvidaba, el caniche enano y de nombre “Guas” pesaba 8 kilos. Tenía la mala costumbre de haberse pasado ocho años comiendo lo que no a él, sino a su propietario le daba la gana darle. Lo de los churros y las porras con Cola-Cao no es una broma, lo prometo.

FACTORES DE RIESGO DE LA PANCREATITIS AGUDA EN PERROS

-Hembras y machos castrados de más de 7 años.
-Sobrepeso corporal (obesidad)
-Razas con predisposición:
1. Razas de pequeño tamaño.
2 Terriers: Yorkshire, airedale, cairn.
3. Razas no muy activas: Schnauzer miniatura, caniche enano, caniche toy, lhasa apso.
-Enfermedades asociadas:
1. Enfermedades digestivas previas.
2. Diabetes mellitus
3. Hiperadrenocorticismo
4. Hipotiroidismo
5. Insuficiencia renal crónica
6. Insuficiencia cardiaca congestiva
7. Enfermedades autoinmunes.
-Tratamientos farmacológicos repetidos
1. Antibioticos
2. Corticoesteroides
3. Agentes quimioterápeuticos
4. Insecticidas organofosforados.

-Anestesia
-Operaciones quirúrgicas.

José Enrique Zaldívar Laguía.

Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro

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