miércoles, 4 de enero de 2012

ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO EN EL PERRO


ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO EN EL PERRO


ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO POR CAUSA ORGÁNICA


Los problemas de comportamiento en los perros son extremadamente corrientes. Según diversos estudios, la prevalencia de ellos se encuentra entre el 40% y 80%. En un estudio epidemiológico realizado en EEUU, aproximadamente el 40% de los perros había gruñido a sus propietarios y el 15% los había mordido.

Los problemas de comportamiento hacen peligrar el vínculo entre seres humanos y animales y son una causa importante de renuncia o eutanasia de perros sanos. Por consiguiente, vosotros, vuestros perros, y nosotros los veterinarios, nos beneficiaremos de la prevención y tratamiento de los problemas de comportamiento que puedan presentar vuestras mascotas.

En palabras del Dr. Luescher, la intervención conductual se refiere al reconocimiento de un problema de conducta que ocasiona un problema médico.

Las modalidades terapéuticas comprenden cambios en los cuidados (alojamiento, alimentación, ejercicio, métodos de adiestramiento), modificación de la conducta, y tratamiento farmacológico.


El término etología clínica veterinaria se utilizó por primera vez en 1969, en un artículo publicado en la revista British Veterinary Journal. El autor se refería con dicho término al estudio de los cambios de conducta que son consecuencia de enfermedades y que, por lo tanto, tienen interés diagnóstico.

Cuando nos referimos a “problemas del comportamiento” estamos abarcando un campo muy grande, que es aplicable a cualquier pauta de conducta de un animal doméstico que resulte peligrosa o simplemente molesta. En muchos casos, los problemas de comportamiento son consecuencia de pautas de conductas normales, propias de la especie en cuestión, como puede ser las la agresividad en el perro.

En otras ocasiones, sin embargo, los problemas de comportamiento son reflejo de una alteración orgánica. En consecuencia, cuando estemos ante un problema de conducta en un perro siempre deberemos tener en cuenta que ése animal puede tener una enfermedad. Podemos decir por tanto que, la solución de esos problemas debe pasar en primer lugar por las manos de un veterinario, ya que en muchas ocasiones será necesario el uso de fármacos para el adecuado tratamiento de esos trastornos. Esto no implica un menosprecio a los educadores caninos, pero debemos ser nosotros los que decidamos su intervención en los casos en que lo estimemos oportuno.

Podemos decir que el estudio del comportamiento animal es muy útil en el diagnóstico de enfermedades, ya que muchas de ellas provocan cambios de conducta en el perro. Estas alteraciones son muy aparentes y en ocasiones constituyen la primera indicación de enfermedad.

AGRESIVIDAD

En los muchos años que llevo practicando la veterinaria clínica de pequeños animales, el motivo más habitual de consulta en cuanto a trastornos de comportamiento, se produce cuando el perro se muestra agresivo hacía las personas o hacía otros perros. Este tipo de agresividad puede ser clasificada dentro de lo que se conoce como agresividad por dominancia o competitiva en la mayoría de los casos. Podemos decir que este tipo de comportamiento se encuentra influenciado por factores hormonales, por experiencias previas y por factores genéticos. Las evidencias experimentales confirman en líneas generales la idea de que los andrógenos aumentan la conducta agresiva, aunque con matices importantes. Es cierto que aumentan la agresividad de tipo ofensivo, pero no tienen ningún efecto sobre la de tipo defensivo. No existe correlación entre la concentración plasmática de andrógenos y la conducta agresiva de un individuo. Hay perros que muerden porque son dominantes o por miedo, y en muchas ocasiones porque tienen alguna enfermedad que hace que se desencadenen este tipo de reacciones.

Es por tanto de suma importancia que antes de acudir a un profesional de la educación, se realice un estudio exhaustivo del animal para descartar alguna patología que este provocando este comportamiento. Estos estudios deben incluir un análisis completo de sangre que incluirá algunas determinaciones hormonales, y una evaluación neurológica. Además, en muchas ocasiones, como en la agresividad por dominancia en caso de machos, podrá ser resuelta con la castración, aunque se dan casos en que este tipo de solución no es suficiente. Por el contrario, la castración en una hembra que se ha mostrado agresiva, podrá agravar el problema.

Hay muchos perros que se muestran agresivos con sus dueños o con otros perros porque padecen algún tipo de dolor que en ocasiones pasa desapercibido para vosotros. En la mayoría de las ocasiones serán dolores de tipo músculo esquelético, pero también podrán localizarse en la cavidad oral o en el oído. Un perro enfermo con malestar general, fiebre, problemas de vejiga, o dificultad respiratoria, también podrá mostrarse agresivo si se le molesta demasiado. En ocasiones, la pérdida de visión también puede provocar reacciones de este tipo. Se da con relativa frecuencia en perros con cataratas que tienen la visión nocturna algo disminuida.

La agresividad puede ser consecuencia de traumatismos craneales, así como de tumores o de infartos cerebrales.

Enfermedades endocrinas como el hipotiroidismo pueden provocar agresividad con patrones de comportamiento de agresión competitiva. En ocasiones, los perros afectados no muestran ningún síntoma de los que suelen acompañar a esta enfermedad (apatía, hipotermia, alopecias cutáneas, obesidad).

La hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo a nivel de encéfalo) en cachorros puede provocar este tipo de conducta atípica, que podrá pasar desapercibida si no hay una clara deformación del cráneo o estamos las primeras etapas de la enfermedad..

La agresividad puede ser consecuencia de epilepsia psicomotora, que se puede presentar con o sin convulsiones musculares. El ataque epiléptico en estos casos puede consistir en cualquier conducta extraña, incluyendo agresividad súbita. A veces esta agresión no se dirige hacía personas, sino que el perro morderá objetos.

Existe una agresividad por lo que se conoce como lapsus mental y que se manifiesta por ataques súbitos e imprevistos. La aparición del trastorno se presenta entre 1 y 2 años.

Otros problemas que pueden desencadenar conductas agresivas son enfermedades víricas que afecten al sistema nervioso central, intoxicaciones (plomo), encefalopatías metabólicas y lisencefalia (alteración en la estructura normal de la corteza cerebral). Algunos perros afectados de moquillo, muestran conductas agresivas una vez que el virus a atacado el sisteme nervioso.

PICA

En ocasiones, los perros muestran conductas anómalas, que consisten en la ingestión de materias que nada tienen que ver con los alimentos. La más frecuente es la ingestión de heces (coprofagía). En ocasiones, las menos, se deberá a un problema nutricional o a alguna enfermedad que provoque trastornos digestivos, especialmente relacionados con falta de enzimas digestivas, como ocurre en la insuficiencia pancreática exocrina. Teniendo en cuenta estas circunstancias, es importante descartar antes de iniciar cualquier tratamiento modificador de esta conducta, la presencia de algún problema relacionado con el aparato digestivo.

POLIDIPSIA

La polidipsia se caracteriza por un excesivo consumo de agua. En condiciones normales, el consumo diario de agua no debería sobrepasar los 90-100 ml/kg al día. Podemos clasificar la polidipsia en primaria o psicógena y en secundaria.

La psicógena no es muy frecuente en el perro, pero dado que se trata de un trastorno del comportamiento, me ha parecido conveniente apuntarla en el presente artículo.

Son muchas las enfermedades del perro que provocan un aumento de la sed, y todas ellas deben ser descartadas antes de tratarlo como un problema de conducta. La fiebre, los problemas digestivos, las patologías renales, los problemas hepáticos, las infecciones de matriz, la diabetes azucarada, la diabetes insípida, el síndrome de Cushing, pueden ser la causa de la presentación de este síntoma.

Cuando se presenta la poliuria psicógena nos encontraremos con un perro que bebe de 4 a 6 veces por encima de lo normal. Afecta principalmente a perros de razas grandes, y podría ser debida a situaciones de estrés. El tratamiento consistirá en restringir el consumo de agua, y en determinar y eliminar las causas del estrés.

ELIMINACIÓN INADECUADA

Los problemas de eliminación inadecuada (el perro hace sus necesidades fisiológicas en lugares no aceptables) es otra de las causas de consulta por problemas del comportamiento. El problema es que no siempre se debe a alteraciones que un adiestrador pueda resolver, sino que son provocadas por una alteración orgánica.

Entre las causas orgánicas que pueden provocar una eliminación inadecuada de orina, nos encontramos con los trastornos que provocan una mayor ingestión de agua, y por tanto una mayor eliminación de orina, y viceversa. Podemos hablar también de todas aquellas patologías que induzcan polaquiuria, o incontinencia urinaria.

Ante un perro que presente estos trastornos, se deberá proceder a un estudio exhaustivo que comprenderá una inspección, y una analítica completa de sangre y de orina. En función de los resultados obtenidos, se harán los exámenes complementarios pertinentes. En el apartado correspondiente a la polidipsia he nombrado alguna de las enfermedades que pueden causar este problema.

Además del marcaje territorial, los problemas de micción inadecuada sin una causa orgánica se podrán deber a la falta de aprendizaje, ansiedad por separación, fobias, y sumisión extrema.

La eliminación inadecuada puede hacerse patente también por la defecación en lugares inadecuados. En cualquier caso, habrá que descartar primero posibles problemas que puedan tener relación con el aparato digestivo, y si no se encuentran, deberá pensarse en los trastornos apuntados un párrafo más arriba.

En perras castradas no es infrecuente encontrarnos con incontinencia urinaria debida al déficit de estrógenos, cuya única corrección posible será mediante un diagnóstico certero y una medicación adecuada.

PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO RELACIONADOS CON LA CONDUCTA SEXUAL EN EL MACHO

No es infrecuente que los veterinarios recibamos consultas por vuestra parte sobre determinados comportamientos sexuales “aberrantes” de vuestro perros, especialmente de lo que se conoce como hipersexualidad o satiriasis. Os puedo decir que muchos perros, que durante el periodo sensible de socialización han estado en contacto con personas y aislados de otros perros pueden dirigir su conducta sexual hacía personas al llegar a la madurez sexual e incluso antes.

En otro orden de cosas, los procesos patológicos que produzcan dolor en el pene o en el tercio posterior- hernias discales, displasia de cadera- pueden dificultar la monta natural o la introducción del pene, y a larga disminuir la motivación sexual del animal. Existen además alteraciones cromosómicas y síndromes de hermafroditismo que pueden ser causa de problemas en la conducta sexual.
Será importar localizar la posición de los testículos, ya que los perros con criptorquidia, suelen presentar con más frecuencia este tipo de comportamientos.

Cuando un perro se masturba con objetos inanimados, o dirige su la monta hacía otros machos, hacía individuos jóvenes o hacía personas, la castración quirúrgica suele dar muy buenos resultados. Aún así, es importante recordar que la masturbación es una conducta normal, especialmente en individuos jóvenes. Yo no soy partidario del uso de progestágenos para inhibir este tipo de comportamientos por los numerosos efectos secundarios que pueden provocar.

DERMATOSIS PSICÓGENAS

Se trata de una serie de patologías que afectan a la piel, provocadas por una conducta de grooming (pautas de conducta relacionadas con el cuidado de la superficie corporal) excesiva que, teóricamente, no pueden explicarse por lesiones pruriginosas.

En el perro, la manifestación más frecuente de este comportamiento anormal es la dermatitis acral por lamido, que se presenta con relativa frecuencia en razas grandes.

El lugar más frecuente de localización de la lesión dérmica es la zona de dorsal del carpo, metacarpo, tarso y metatarso. Los perros afectados se lamen de forma continua, llegando a provocarse importantes lesiones en algunos casos.

Muchos dermatólogos consideran que estos problemas cutáneos, no se deben a alteraciones de la conducta sino que tienen una causa orgánica. Yo estoy bastante de acuerdo en esta apreciación, por lo que me parece sumamente importante descartar problemas dermatológicos antes de establecer cualquier tipo de tratamiento.
En muchas ocasiones, problemas banales se acaban haciendo crónicos por culpa de los propietarios que, creyendo que regañando el animal solucionaran la situación, lo único que hacen es provocar un reforzamiento de la mala conducta.

En ocasiones oímos hablar del aburrimiento como causa de las dermatitis psicógenas, pero son muchos los veterinarios que se cuestionan si realmente podemos hablar en estos términos tratándose de perros. ¿Se aburren realmente? ¿Puede tener un perro ese tipo de sensaciones? ¿No será que utilizamos este tipo de explicaciones cuando no sabemos explicar las razones que desencadenan este tipo de problemas?

En algún caso, las dermatitis acrales se han relacionado con lo que se conoce como ansiedad por separación, de la que luego hablaremos. Pudiera ser así, ya que en algunos de estos casos, ha dado excelentes resultados el uso de antidepresivos. En otras ocasiones se han relacionado con trastornos obsesivo compulsivos, y en otras, el uso de antagonistas de los opiáceos ha servido para establecer un diagnóstico por exclusión.

CONDUCTAS ESTEREOTIPADAS

Los comportamientos compulsivos pueden considerarse una expresión de estrés, frustración o conflicto emocional. Las lesiones físicas o las irritaciones, como las ocasionadas por alergias, pueden desencadenar un trastorno compulsivo ya que aumentan el estrés y dirigen el comportamiento compulsivo a una parte del cuerpo.

Se trata de conductas repetitivas, que carecen de una función reconocible. Las más frecuentes en el perro son la persecución de la cola y la caza de moscas. En otras ocasiones, veremos al animal realizar desplazamientos repetidos o ladrar de forma compulsiva.
Cuando vemos a un perro realizar este tipo de acciones, deberemos descartar que se deben a una causa orgánica. Si conseguimos inhibirlas con facilidad y se manifiestan sólo esporádicamente, seguramente se tratará de un problema de comportamiento primario, y si no es así, se deberá a alguna causa orgánica. Se tratará por tanto, y en primer de descartar que exista un problema fundamentalmente de tipo neurológico.

En el caso de persecución de la cola, debemos descartar procesos que provoquen dolor, como puede ser lo que se conoce como cauda equina que deberá ser tratada adecuadamente.
La mayoría de estas conductas atípicas necesitan el uso de fármacos, por lo que difícilmente un adiestrador podrá solucionarlos.

DISFUNCIÓN COGNITIVA

Es un cambio en los comportamientos interactivos, concurrentes con el envejecimiento. Es un modelo animal potencial de los cambios cognitivos, dependientes de la edad, que se presentan en personas. Las conductas asociadas pueden acompañarse de lesiones del síndrome de Alzheimer Por desgracia, en el diagnóstico no nos podemos valer de los métodos que se aplican en medicina humana.

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN

Es uno de los problemas más frecuentes que desde hace algunos años nos exponéis en la consulta. Antes, era frecuente que el perro pasara la mayor del día acompañado, pero en la actualidad, la mayor parte de ellos pasan muchas horas solos dentro del hogar. Esta soledad les provoca miedo y ansiedad, y les lleva a desarrollar comportamientos que son inaceptables. Resulta curioso leer en algunas revistas americanas que, la ansiedad por separación se hace cada día más frecuente en perros recogidos en refugios.

Así, nos encontramos con perros que ladran sin parar, miccionan o defecan en cualquier lugar de la casa, destruyen los muebles y enseres, o vomitan, presentan diarrea, o se lamen de forma compulsiva.

Creo que es ésta una enfermedad donde el trabajo de adiestradores y veterinarios queda perfectamente complementado, ya que no conozco ningún caso en que, sin unas adecuadas pautas de reconducción de la conducta indeseada y el uso al mismo tiempo de fármacos adecuados resuelva el problema. Aún así, existen escritos de adiestradores y de veterinarios que afirman lo contrario.

FOBIAS Y MIEDOS

Las fobias y los miedos también son capaces de provocar graves problemas de comportamiento en algunos perros. La intensidad de respuesta al miedo dependen de las experiencias previas y de factores genéticos. La heredabilidad del carácter miedo parece ser muy alta en el perro doméstico. Está por otra parte demostrado, que una buena socialización evitará estos problemas que en muchas ocasiones suponen un problema de gran impacto para muchos propietarios.

Lo cierto es que las fobias y miedos se han derivado casi siempre a los adiestradores, cuando se sabe que algunos perros podrían tener una sensibilidad auditiva superior a la normal, de modo que un sonido intenso causaría aversión por si mismo. El determinar si esto es así o no, deberá ser trabajo del veterinario.
Por otro lado, varios trabajos realizados en humanos y en animales de experimentación indican que la causa de algunos trastornos fóbicos y de naturaleza similar podría estar en una alteración del locus coeruleus (LC) y de las vías noradrenérgicas que concurren en él. El LC es una estructura del sistema nervioso central que parece tener gran importancia en la expresión de la respuesta del miedo en los animales. Podemos pensar por tanto, que las fobias en el perro, al menos en parte, podrían tener una causa orgánica.

Es habitual que los adiestradores opten, en caso de miedo a determinados ruidos, por someter al perro a una exposición gradual a esos estímulos de forma que se vaya habituando poco a poco a ellos. El problema es que, a menudo, esa exposición gradual es imposible porque no puede reproducirse el estímulo, ni menos aún modificarse su intensidad. Por ello, si la presentación natural del estímulo que desencadena la fobia es hasta cierto punto predecible, quizás sea más aconsejable controlar el problema con la administración de tranquilizantes que intentar corregirlo.

Teniendo en cuenta lo anteriormente manifestado, no vamos a negar que en muchas ocasiones la exposición gradual al estímulo que provoca el problema, empezando de forma atenuada y con bajas intensidades, puede ser positivo e incluso solucionar el problema. Podemos decir que se trata de una desensibilización.

Dado que con mucha frecuencia este proceso es demasiado lento, por la dificultad que muchas veces muestran los perros para este tipo de aprendizajes, parece conveniente en estas situaciones el uso de ansiolíticos o de antidepresivos que como no podría ser de otra manera, deben ser prescritos y dosificados por loe veterinarios.

José Enrique Zaldivar Laguía
Clínica Veterinaria Colores.
Pso de Santa María de la Cabeza 68 A
28045-Madrid.

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